En el 2022, más de 50 hurtos fueron perpetrados en la casa de estudios
Han transcurrido varios meses desde que el gobernador de Monagas, Ernesto Luna, asumió el compromiso de recuperar los espacios de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) Maturín, destrozados por el vandalismo que se apoderó del recinto durante la pandemia por la COVID-19.
La falta de respuesta motivó a la comunidad estudiantil y profesorado a regresar a darle calor humano a la universidad, de esta manera tratar de salvar algunas áreas y así continuar con la formación de nuevos profesionales, esperando algún día comiencen los trabajos de rehabilitación.
En este sentido, el profesor Hernán Azócar, presidente de la Asociación de Profesores (Aproupel), manifestó, a propósito de la convocatoria del regreso a clases este lunes 9 de enero, que «no sabemos a ciencia cierta qué ha pasado con la voluntad del Ejecutivo regional de realizar trabajos en la infraestructura, electricidad, agua, (…)».
Agrega el docente universitario que «no tenemos certeza de nada. Estamos en lista pero es momento de comenzar, para que la UPEL tenga un rostro diferentes». Detalló que «no llega ni al 1 % la recuperación de la biblioteca, laboratorios y demás espacios destruidos por los enemigos de la Universidad».
Azócar añade que están en manos de las autoridades gubernamentales, quienes cuentan con los recursos para iniciar la recuperación del Instituto.
Participarán en protesta nacional
El presidente de Aproupel en Monagas, Hernán Azócar, agregó que se unirán a la jornada de protesta nacional para elevar la voz de reclamo por las condiciones laborales que limitan el ejercicio de las actividades del docente.
«Asistimos a las instalaciones a dar calor humano, sabiendo que no hay condición; a este problema agregamos el tema salarial que es fundamental.
El sueldo es irrisorio y los colegas están en condiciones desfavorables», dijo. «Sin miedo vamos a exigir que el Gobierno nacional rectifique las políticas hacia los educadores y todos los sectores del país», añadió Azócar.
